La rígida contrarreforma católica también hubo de hacer una concesión a la sensualidad. Ella fue el arte del barroco, la excepción expansiva y dinámica a un sistema religioso y político que quería verse a sí mismo unificado, inmóvil y eterno.
Igual que en Europa, entre el ideal y la realidad apareció el barroco del Nuevo Mundo, apresurándose a llenar el vacío; una manera para expresar nuestras dudas y nuestras ambigüedades.
Pues nada expresó nuestra ambigüedad mejor que este arte de la abundancia basado sobre la necesidad y el deseo; un arte de proliferaciones fundado en la inseguridad, llenando rápidamente todos los vacíos de nuestra historia personal y social después de la Conquista con cualquier cosa que encontrase a la mano; Arte de la paradoja: arte de abundancia, prácticamente ahogándose en su propia fecundidad, pero arte también de los que nada tiene.
Igual que en Europa, entre el ideal y la realidad apareció el barroco del Nuevo Mundo, apresurándose a llenar el vacío; una manera para expresar nuestras dudas y nuestras ambigüedades.
Pues nada expresó nuestra ambigüedad mejor que este arte de la abundancia basado sobre la necesidad y el deseo; un arte de proliferaciones fundado en la inseguridad, llenando rápidamente todos los vacíos de nuestra historia personal y social después de la Conquista con cualquier cosa que encontrase a la mano; Arte de la paradoja: arte de abundancia, prácticamente ahogándose en su propia fecundidad, pero arte también de los que nada tiene.
Ejemplo en el arte de José Kondori, estofado y carpintería, en Potosí del Alto Perú, hacia 1728: ‘Pues entre los ángeles y las viñas de la fachada de San Lorenzo, aparece una princesa incásica, con todos los símbolos de su cultura derrotada animados por una nueva promesa de vida. La media luna indígena agota la tradicional serenidad de la viña corintia, el follaje de la selva americana y el trébol mediterráneo se entrelazan. Las sirenas de Ulíses tocan la guitarra peruana.
El carácter circular del barroco, que exige puntos de vista determinados por el desplazamiento y rehúsa darle a nada ni a nadie un punto de vista privilegiado; su afirmación del cambio perpetuo; su conflicto entre el mundo ordenado de los pocos y el mundo desordenado de los muchos.
Características del barroco del Nuevo Mundo:
● Abundancia de volutas y adornos, llenando el espacio
● Juxtaposición de símbolos nativos y europeos: el mestizaje
● Dinamismo de formas
● Presentación de antítesis, contrastes y paradojas
Dos ramas del barroco:
● El culteranismo: complejidad verbal (sintaxis retorcida), vocablos del griego y del latín; principalmente en poesía, con influencia de Góngora
● El conceptismo: economía verbal, ingenio en hacer antítesis, paradojas y juegos de palabras; principalmente en prosa, con influencia de Quevedo y Gracián
El carácter circular del barroco, que exige puntos de vista determinados por el desplazamiento y rehúsa darle a nada ni a nadie un punto de vista privilegiado; su afirmación del cambio perpetuo; su conflicto entre el mundo ordenado de los pocos y el mundo desordenado de los muchos.
Características del barroco del Nuevo Mundo:
● Abundancia de volutas y adornos, llenando el espacio
● Juxtaposición de símbolos nativos y europeos: el mestizaje
● Dinamismo de formas
● Presentación de antítesis, contrastes y paradojas
Dos ramas del barroco:
● El culteranismo: complejidad verbal (sintaxis retorcida), vocablos del griego y del latín; principalmente en poesía, con influencia de Góngora
● El conceptismo: economía verbal, ingenio en hacer antítesis, paradojas y juegos de palabras; principalmente en prosa, con influencia de Quevedo y Gracián
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