En esta página tratamos varias cuestiones dispares, referentes al texto manejado como imagen, las imágenes que incorporan texto y la forma en que el texto se representa en pantalla en los ordenadores. Dan un toque de interés a las páginas. Se vienen usando desde épocas lejanas (recordemos sobre todo los libros medievales, manuscritos con detalladas miniaturas y ornamentos.) La mayoría de programas de autoedición y procesadores de textos llevan una utilidad para crear automáticamente este tipo de letras. Normalmente, se crean con una altura equivalente a tres líneas de texto, y las principales opciones de colocación son rodearlas con el resto del texto o bien sangrar todo el párrafo a la derecha. De este modo, sin embargo, el tratamiento tipográfico que podemos hacer con la letra ornamental será más bien básico: elegir el tipo de letra deseado, con un color y estilo determinado. Si lo que queremos es crear un efecto realmente especial, podemos optar por crear un gráfico como letra capital, al tamaño deseado. Ya no tendremos las limitaciones previas y podremos aplicar ilustraciones, formas, colores... de la manera que deseemos. Algunas ideas de lo que podemos hacer:
- Añadir una inicial caligráfica escrita a pincel, pluma...
- Colocar una viñeta escaneada de un viejo libro de grabados —incluso podemos recuperar letras capitulares utilizadas en uno de estos libros.
- Poner la imagen que hará de capitular detrás del texto, y en un color más suave; o por encima, con un efecto de transparencia.
Una de las mayores quejas de los diseñadores respecto de la web es la clara limitación de este medio en comparación con los medios impresos, por lo que se refiere al tratamiento tipográfico. El texto editable de las páginas web tiene limitaciones importantes en el formato y tipo de letra. Tratamos algo más de estas limitaciones en las páginas de la sección de Diseño para la Web.
Una manera de incorporar las letras que el diseñador realmente quiere es crear imágenes (normalmente GIF) con el texto que se deba mostrar. Una ventaja de esta opción es que podemos usar la tipografía que queramos, puesto que la imagen mostrará la forma de los caracteres, pero no será necesario que estén instalados para verlos; podremos además permitirnos muchos más refinamientos colorísticos y del tratamiento de la imagen y el texto que con el texto ordinario, editable. Sin embargo, incluir texto en forma de gráficos tiene tres inconvenientes:
- El texto deja de ser editable: ya no se puede copiar a otro programa ni se manejará como texto.
- Si el usuario tiene desactivada la carga automática de las imágenes de la página no se verá nada, excepto el texto alternativo que utilicemos para describir la imagen: por este motivo es importante incluir una breve descripción con la etiqueta ALT (texto alternativo) durante la edición de la página web.
- El tamaño de la página aumentará, proporcionalmente al tamaño de la imagen, su nombre de colores y su complejidad. Los dos últimos inconvenientes de esta lista lo son cada vez menos con los ordenadores y módems o sistemas de cable actuales, capaces de descargar las páginas a mayores velocidades que años atrás. Pero el primer problema no se puede resolver; por esto el texto en forma de gráfico no debería contener información esencial. No hay problema para utilizar texto en gráficos para los títulos o subtítulos —con una descripción en la etiqueta Alt— y para citas, ejemplos... en general, elementos auxiliares del contenido textual de la página.
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